Suponen entre el 4 y el 9% de los ingresos totales de la mayoría de los clubes de Primera. Sólo cuatro han tomado alguna medida de compensación, porque no se esperan aficionados en las gradas hasta 2021.
Pese al obligado parón competitivo, las oficinas de los clubes de fútbol llevan dos meses siendo un hervidero. Telemático, pero hervidero al fin y al cabo. La pandemia ha sacado del carril a empleados y directivos y les ha colocado en la tesitura de tener que tomar decisiones que jamás imaginaron. Durante semanas, la prioridad ha sido ir preparando el terreno para la vuelta a los entrenamientos y, en último término, a la competición, con todo lo que ello conlleva a nivel de personal, recursos sanitarios, protocolos…
Encarrilado ese asunto, los clubes tendrán que concentrar ahora sus esfuerzos en solventar la patata caliente de los abonados, a los que la pandemia va a dejar sin poder disfrutar de, al menos, cinco partidos ya pagados previamente. Todos los clubes entienden que deberán compensarles de alguna manera, pero de momento sólo cuatro -Atlético, Real Sociedad, Osasuna y Getafe- han concretado cómo lo harán. El resto se mantiene a la espera, ganando tiempo y esperando que los demás vayan moviendo ficha. Y, mientras tanto, los abonados esperan en su casa a que su club les diga qué hay de lo suyo.